Imagina un líder afanado frente a su portatíl, buscando “soluciones” como quien cava un pozo seco, reconociéndose asi y a su equipo cortos en ideas para resolver problemas, salir de situaciones críticas, responder una necesidad de urgencia. Quizas no tengas que imaginar, solo hacer memoria. No es romanticismo, hoy se, que la causa de la aparente falta de creatividad y visión: Es la ausencia de amor. Crear desde el amor (para ponerlo más simple, diré que desde el corazón; y si aún cuesta entenderlo: Crear desde lo que nos place y nos hace bien) no es un lujo de artistas: es la diferencia entre una empresa que respira y una que se asfixia.
Yo día a día lo veo más claro que sirviendo como monje en la Escuela Gelva, me hago mejor empresario. No es para que dejen todo y se vengan a un retiro de meses. Es que desde el servicio, el silencio y la quietud, he reconocido que personas, familias y equipos “rotos” vuelven a la vida y salud no por resolver problemas, y quedar listos para meterse en otro, sino por atreverse a sentir, y ser coherentes eligiendo a hacer lo que aman y en lo que creen y crean. Obvio, no es solo eso, pero es parte del proceso.
Las empresas se deshumanizan cuando cambian totalmente corazones por métricas, y ese cambio las destruye. Se vuelven cáscaras vacías, obsesionadas en el hacer, en hacer todo más rápido, más eficiente, menos esfuerzo, más producción, y en el camino, una creatividad enflaquecida y raquítica, exprimida en “arreglar” lo que está roto y lo que se va rompiendo, pero sin alma no hay arreglo que aguante. He visto organizaciones invertir millones en innovación mientras sus equipos se marchitan, porque sus “líderes” se obligan a creer que es el dinero el que hace latir todos los corazones. La deshumanización apaga la chispa humana —la pasión, el coraje, el fuego— y solo deja números y reportes brillantes. Una empresa sin vida no coopera, no colabora, solo compite, pelea y gana o pierde a costa de otros. Cada vez requiere más salvavidas, más inyecciones de capital, más apoyo, porque sabe que no puede hacerlo por si sola, porque la falta de conciencia, solo se paga con plata.
El amor acoge, crea y repara, el miedo excluye, elige y separa
Tu empresa necesita de tu gente y ellos necesitan amar lo que hacen, y/o hacer lo que aman. En mis talleres, he visto líderes llegar con la cabeza llena de “tengo que solucionar esto“, ni siquiera tienen preguntas, solo quejas y molestias, no quieren las oportunidades, solo quieren salir de sus problemas. Y despues de las horas de trabajo, sus mentes empiezan ver, si, ver opciones detras de las quejas, oportunidades detras de los problemas, e ideas, muchas ideas, ideas no para tapar un hueco, sino elevar montañas ¿como lo logran o como inician?. Crear desde el amor es mirar el desastre a los ojos y decidir hacerle sombra con algo vivo, algo tuyo. Las soluciones llegan solas cuando el fuego ya está encendido. Si sigues buscando “innovación” sin amor, no estás construyendo: estás maquillando un cadáver.
La deshumanización que mata
La deshumanización no es un caso aislado y excepcional; es una sentencia. He trabajado con empresas donde las personas son piezas de un engranaje, donde la creatividad es una orden más, y el resultado es predecible: ideas muertas, equipos que desertan, líderes que colapsan. Queremos hacer lo opuesto: emprendedores que, al crear desde el amor, hicieron que el éxito fuera inevitable. Ignorar el amor sale caro: pierdes talento, pierdes visión, pierdes todo. Una empresa deshumanizada no solo pierde su rumbo; se destruye desde adentro, lenta y silenciosamente.
Tres pasos para volver al amor
No hay excusa de “no tengo tiempo”. Hazlo hoy:
- Para y escucha. Respira hondo y pregúntate: ¿qué amo hacer? No lo analices; siéntelo.
- Rompe las reglas. Deja de crear lo que “toca”. ¿Qué te enciende? Ve por eso, aunque parezca absurdo.
- Empieza pequeño. No hace falta un plan gigante; haz algo diminuto que te prenda. Una línea, un gesto, un sueño.
Esto no es poesía barata; es una verdad de monje: si no amas lo que creas, no sirve. Hazlo y verás cómo tu equipo pasa de arrastrarse a brillar.
Tu fuego
Crear desde el amor es tu salida. Mientras otros corren detrás de parches, tú puedes encender algo que dure. ¿Seguirás apagando incendios o vas a crear algo que valga la pena sentir? Si quieres este fuego para tu equipo, escribe a info@hackoi.com. Porque la creatividad sin amor no transforma; solo imita. Y las copias no ganan.