El pasado 27 de marzo de 2025, terminé de facilitar el taller presencial “Lluvia de Ideas de Alto Impacto para Líderes Visionarios” en Hackoi, mi laboratorio de creatividad. No fue una sesión más de esas que prometen “despertar tu genio interior” mientras te ahogan en post-its y café tibio. Fue un desafío directo a empresas y líderes que todavía creen que la creatividad es un lujo o que un brainstorming mal ejecutado puede salvar sus problemas. Y los resultados hablan por sí solos: líderes que llegaron con escepticismo salieron con ideas tangibles, decenas de herramientas, un método claro y, sobre todo, la certeza de que producir nuevas y mejores ideas no es un accidente, sino un activo estratégico que se cultiva.
En mis artículos previos, “Producir nuevas y mejores ideas es tan importante como vender la creatividad como el activo no tangible más valioso de las empresas” y “El mal uso de la creatividad empresarial: por qué tus sesiones de brainstorming no funcionan”, dejé claro que el problema no es la falta de creatividad, sino la falta de un enfoque que la haga útil. Este taller fue la prueba viva de eso. Durante varias horas, desmontamos los mitos del brainstorming tradicional —esas reuniones caóticas donde todos gritan ideas que nadie ejecuta— y construimos algo diferente: un espacio donde la planeación, el contexto, la creatividad, abandonar la caja, se mezclan con aspectos y prácticas de monasterios para el desarrollo de la mente, generando valor real.
¿Qué logramos?
No vinimos a jugar a ser creativos. Los líderes que asistieron —directivos, emprendedores y visionarios de distintos sectores— se llevaron herramientas prácticas para transformar sus equipos y sus empresas. Usamos un método que combina mi experiencia como monje en Escuela Gelva con mi trayectoria como tallerista: una “lluvia de ideas consciente”.
Los asistentes recibieron diferentes retos sociales, empresariales y personales, desde mejorar procesos internos hasta crear productos disruptivos. Luego, aplicamos dinámicas que rompen el ruido mental y priorizan la calidad sobre la cantidad. El resultado: cada participante salió con al menos 10 0 20 técnicas accionables y planes para llevarla a cabo, además de una mentalidad renovada sobre cómo liderar la creatividad en sus equipos. No es magia, es método.
¿Por qué tu empresa necesita esto, y no lo que ya tienes?
Si tu organización sigue atrapada en sesiones de brainstorming que terminan en nada, o si crees que la creatividad es solo para los departamentos de marketing, este taller personalizado puede ser tu wake-up call. Lo que ofrecemos en Hackoi no es un curso genérico; es una experiencia adaptada a tus retos específicos. ¿Quieres que tus líderes dejen de apagar incendios e inicien a encender ideas? ¿Que tu equipo pase de ser operativo a ser innovador y luego a Creativo? Esto no se logra con un manual de autoayuda empresarial. Se logra con un enfoque que ya ha demostrado su impacto en múltiples jornadas.
Imagínate esto en tu empresa: un taller diseñado a medida, donde tus líderes enfrentan tus problemas reales, no casos hipotéticos. Donde las prácticas habituales (brainstorming, brainwriting, los cinco porque, las escaleras de abstracción, la lluvia reversa, etc) , convergen con técnicas de teatro, Yoga de la Risa, Reflexión serena, desarrollo y expansión de la mente, espiritualidad práctica — sí, esa que las corporaciones suelen ignorar— se convierte en la chispa para desbloquear soluciones que la lógica sola no alcanza. Lo hemos hecho con un empresas y grupos diverso por varios años. Podemos hacerlo contigo.








El próximo paso es tuyo
La creatividad no es un adorno; es el activo no tangible más valioso que tu empresa puede tener. Pero no se despierta sola, y definitivamente no se despierta con las mismas dinámicas de siempre. El taller “Lluvia de Ideas de Alto Impacto para Líderes Visionarios” sigue dejando su marca. Ahora, la pregunta es: ¿vas a seguir perdiendo tiempo con métodos que no funcionan, o vas a traer esto a tu equipo y empezar a ver resultados? Contáctame en info@hackoi.com y construyamos algo extraordinario para tu organización. Porque las ideas que no se ejecutan no valen nada.